9 feb 2011

OPMEIT-

Son días en los que sonreír es obligatorio, por comodidad, porque es más fácil que explicar todo lo que hay detrás. Pero eso no pasa cuando llueve, la lluvia pone triste a la mayoría de las personas. Entonces, es una excusa para no sonreír. Es un descanso, para mezclarte entre la gente. Inadvertidos. Y así, como gotas de lluvia, caen los días. Lentos, pero nunca lo suficiente. Parece ser, que lo que nunca nos sobra, es el tiempo. Y cuando lo tenemos, no sabemos que hacer con él.